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«Espero que el ministro Bermejo no vuelva a ponerse la toga»

Sandra Remón y Juan C. Osta, Viernes, 25 de mayo 2007
{r}En 1997 comenzó para Gómez de Liaño un calvario que duró cinco años. El que era magistrado de la Audiencia Nacional se atrevió a procesar al presidente del grupo Prisa, Jesús de Polanco, así como a varios de sus consejeros. Y el atrevimiento le salió bien caro. El TS le apartó de la carrera judicial. El jurista charla con PD en la presentación de un libro sobre el fiscal Fungairiño, de Isabel San Sebastián. Dice que sigue confiando en la Justicia, pese a que hay “alguna gotera”. Sobre el ministro Bermejo afirma que “espera que no vuelva a ponerse la toga”.{/r}
{p}¿Cree usted que si Fungairiño hubiese estado al frente de la Fiscalía de la Audiencia Nacional “el proceso” de Zapatero y ETA no hubiese llegado hasta donde ha llegado? {/p}
{r}No lo sé lo que hubiera pasado, de lo que sí estoy seguro, y es en lo que debe valorarse un fiscal, es que Eduardo Fungairiño hubiese sido lo que ha sido siempre: un fiel y escrupuloso cumplidor de la legalidad, y ahí se debe reducir la tarea de un fiscal.{/r}
{p1}¿Si el Gobierno y la Fiscalía General del Estado hubiesen actuado de otra manera, el Supremo hubiese podido ilegalizar todas las listas de ANV?{/p1}
{r1}No conozco el asunto con detalle. Únicamente me puedo remitir a la resolución del TS y del TC. Quizá por parte del Gobierno ha habido una astucia política. {/r1}
{p1}Garzón ha hecho pieza separada para investigar si ETA y AVN tienen algo que ver. ¿Confía en que esto tenga algún resultado?{/p1}
{r1}Yo en los jueces siempre confío. Siempre, aunque sea a trancas y barrancas, siempre confío.{/r1}
{p1}¿En Garzón también?{/p1}
{r1}En todos los que ejercen la función jurisdiccional y llevan puñetas, o no las llevan pero son jueces. Alguna gotera y alguna fisura que otra pero mi punto de partida es creer siempre en quienes administran justicia.{/r1}
{p1}¿Qué opinión tiene sobre el nuevo ministro de Justicia?{/p1}
{r1}Yo creo lo que he creído siempre. A mí no me gustan las aventuras políticas de los jueces. Quien es juez o fiscal tiene que ser juez o fiscal, y si algún día deja de serlo en lo que sí confío es en que no vuelva a ponerse la toga. Creo que ésa es una mala combinación.{/r1}